Minerva, el café del Ecuador desde 1963

Los elementos esenciales que nos distinguen

Elaborar CAFÉ es un arte que encierra mágicamente los 4 elementos básicos de la vida: Tierra, Agua, Aire, Fuego, entendiendo que es un producto dócil y que su manejo debe ser altamente cuidadoso para lograr su excelencia.

Tierra

Producimos nuestro café desde las tierras altas, 2150 mts hasta prácticamente el nivel del mar, entre mayor altitud mejores características organolépticas. La inclinacion es un factor importante porque juega con la retención de agua.

En las partes bajas, el café tiene sabor fuerte y resistencia a su tratamiento bajo el calor, cuanto más es su altura se vuelve más sensible a los cambios físicos percibidos por la lengua como acidez y frutalidad.

El café se defiende del frío produciendo azúcares y esto le agrega una cualidad adicional muy reconocida por el mercado.

Agua

El agua cumple la misión de permitir el mejor desarrollo del grano en las condiciones más adecuadas, por la que es mejor si es de vertiente, ya que su pureza es mayor.

El agua humedece el suelo, por eso, las nubes juegan un factor importante junto con la inclinación de la tierra, que permiten que esta humedad no se estanque sino fluya.

El agua también se usa para la limpieza del café vía proceso húmedo.

Aire

La calidad del aire también depende de la altura. En las altitudes bajas el aire caliente nos da el grano robusta hasta los 600 mts, a partir de esa altitud el aire es más fresco y permite el desarrollo de la variedad arábiga con características más sutiles como aroma floral, la frutalidad, acidez y su dulzor.

Fuego

Comienza con el sol que permite la adecuada maduración y luego en tendales permite el beneficio en seco.

El sol es fundamental en la fase final de secado del café pergamino para darle el toque del trópico que corresponde a los mejores cafés del mundo.

Ya en la industria el fuego permite potencializar las mejores características de un grano bien manejado, tanto en cosecha como en beneficio para extraer su máxima calidad en taza que será apreciada por los más sofisticados paladares.

Nuestros granos cumplen con todo este proceso y acorde a sus características, los clasificamos para el destino final en base al tipo de grano y origen. Cuidamos cada uno de nuestros granos con la finalidad de aprovecharlos al máximo y lograr su excelencia.

Molemos los granos de acuerdo al destino final y al empaquetar, lo hacemos con el menor oxígeno posible y en empaques que impidan su acción y también de la humedad, así cuidamos la frescura del café que llegue a cada hogar.